La desigualdad social de género se desarrolla a lo largo del ciclo vital del individuo. La convergencia de tres factores contribuye a este fenómeno: a) una sutil prioridad de la inversión económica de las familias en los hijos varones; b) el menor rendimiento del capital humano de las mujeres; c) la endogamia matrimonial mediada por el origen social. Se vio que la mujer brasileña pobre es triplemente penalizada en este contexto, pues además de obtener el menor rendimiento del capital humano entre todos los grupos sociales, y por su falta de origen de recursos, su posibilidad de movilidad vía unión conyugal se ve disminuida por el patrón de endogamia por clase social existente en Brasil.