La moral conservadora, el fundamentalismo religioso, la brutalidad, la violencia, el exterminio, el genocidio, la destrucción se empaquetan para el consumo en formas sutiles que garantizan la eficacia y el poder de la domesticación del placer, la hiper-positividad neoliberal (ver Han 2017 y Fisher 2020). Al mismo tiempo que se confunden dolor y espectáculo, se activa una máquina de destrucción que tiene como motor el desprecio por la precariedad y el dolor (Butler 2020). Si las formas sutiles del poder son fundamentales para comprender los modos por los cuales el neoliberalismo expande sus formas autoritarias, la reflexión crítica exige una mirada sensible a lo estético, pero también aversa a la disciplinariedad. El rigor crítico y la ortodoxia van así en direcciones opuestas. Los artículos que componen este dossier, por tanto, transitan por los márgenes, fronteras y tensiones entre diferentes campos de las humanidades. Operan por proximidad, indistinción y constante articulación entre filosofía, literatura, antropología, sociología, comunicación, estética y ciencia política.