El sistema de saneamiento convencional actual, que combina el inodoro de descarga de agua con un sistema de alcantarillado y -eventualmente- plantas de tratamiento, es un sistema obsoleto, inadecuado al contexto contemporáneo y que presenta un uso irracional y nocivo de los recursos, especialmente del agua. La predominancia de este sistema no se explica exclusivamente por factores técnicos; las motivaciones que justifican su difusión y permanencia se asocian sobre todo con razones históricas y culturales. Incluso existen alternativas disponibles que compitieron con el sistema convencional, y que presentan beneficios claros, como evitar la contaminación del agua y hacer un uso eficiente de los recursos al reintroducirlos en los sistemas productivos como nutrientes o materias primas. La escasa aplicación de estos sistemas alternativos se debe, muy probablemente, a motivaciones no técnicas, asociadas con hábitos incorporados históricamente, basados en creencias discutibles sobre los excrementos humanos y el manejo de los residuos. Dada la crisis actual de escasez de agua, urge estudiar formas de implementación de sistemas amigables con los recursos, para lo cual es necesario combinar un análisis técnico sobre las adaptaciones necesarias para su masificación con un análisis de las barreras culturales que pueden dificultar esta implementación.